Para empezar a hablar de la línea de los quemadores, tenemos que tener claro que un quemador, en una caldera cualquiera, es el aparato encargado de hacer prender la chispa que se convertirá en llama y que terminará mezclando el combustible para que podamos disfrutar tanto de agua caliente, como de calefacción, por ejemplo. Dicho esto, si nos centramos exclusivamente en la línea del quemador, podemos decir que es la encargada de dar al quemador la cantidad justa y exacta de gas, a una presión precisa y perfecta para que nuestro quemador pueda aportar la llama exacta que hemos elegido que la caldera funcione a la perfección.

Por lo tanto, podemos decir que la línea de gas del quemador, es exactamente le punto donde se establece la conexión entre quemador y gas, regulando el suministro para proporcionar la cantidad exacta, por ello, muchas veces que pueda fallar la caldera al encenderla puede provenir de aquí, de una mala conexión en la línea del quemador, proporcionando niveles más bajos de gas de los que debería. Aunque peor es cuando proporciona niveles más altos, pudiendo dar lugar a una llama mucho más grande de la que queremos, dando lugar a serios problemas.

Los tipos de línea de gas en los quemadores

Por supuesto, al igual que existen distintos tipos de calderas distintos tipos de quemadores según la ubicación donde esté la caldera, o el tipo de combustible que se esté usando, también existen distintas líneas de gas, las más comunes o frecuentes son las siguientes:

La línea baja de presión, como su propio nombre indica, tendrá una presión baja, ay que no se necesitará de más para encender una caldera de tamaño pequeño o que no requiera mucha potencia. También, a raíz de esta, tenemos la línea de control de estanqueidad diferencial.

Por otro lado, tenemos las líneas de gas de Media Presión con electroválvulas de regulación y las líneas de gas de Media Presión con bivalvulas de regulación.

Si hablamos excesivamente de la fase de regulación, hay que tener en cuenta que hay dos tipos ya nombrados, tanto las electroválvulas como las bivalvulas, y existen diferencias entre ellas, por ejemplo, la electroválvula es usada para los quemadores que tienen solo una llama, aportando el gas necesario para su fin. Esto se hace a través de un tornillo que se cierra de forma instantánea, este tornillo y la salida de gas se puede regular, esto va del 0% hasta el 40%, lo que comúnmente se llama como apertura rápida y de forma parcial. Después tenemos la apertura de forma lenta, la cual va desde ese 40% que hemos nombrado, al total, el 100%, pero esta vez de forma mucho más lenta gracias a la frenada hidráulica.

Y, por otro lado, tenemos las bivalvulas, que son usadas para quemadores de dos llamas, esto se consigue al instalar dos líneas de gas con electroválvulas que actúan a la vez, una de ellas en la fase rápida y parcial hasta el 40% y la otra en su forma más lenta, hasta el 100%. Como hemos visto antes, también cuenta con dos fases para completar su cometido y una tercera adicional.

En la primera, recibe una tensión eléctrica que hace que la electroválvula se abra de forma rápida y parcial, como antes, del 0 a 40% de forma regulable, esto se consigue por el tornillo que hay en la zona superior.

Después de ello, ocurre lo mismo que hemos visto antes, una apertura lenta que va del 40 al 100% gracias a la frenada hidráulica. Y, por último, la tercera etapa, la cual es una apertura totalmente rápida, después de recibir la tensión eléctrica.

Siempre que la alimentación de electricidad se vea afectada o interrumpida, los cierres de las líneas de gas se cierran automáticamente, esto es un modo de seguridad para evitar todo tipo de problemas. Ahora solo queda saber qué tipo de caldera tienes o cuáles son tus necesidades para escoger una línea u otra. También depende mucho si tu caldera es para tu casa, para tu local o para tu empresa, ya que las calderas industriales, aunque funcionan de la misma manera, el tamaño cuenta como un punto a tener muy en cuenta.