El gas natural es una fuente de energía muy utilizada para generar electricidad, también se emplea como combustible en sistemas de calefacción y climatización. Cada día está más presente en nuestros hogares debido a su bajo impacto en el medioambiente.
Es lo que llamamos una “fuente de energía racional”. Ya que nos permite conseguir un gran rendimiento energético y combustible con un impacto medioambiental relativamente bajo.
Por esta razón es, a día de hoy, el combustible fósil menos contaminante para el medioambiente, además se calienta muy rápido y no precisa de almacenamiento previo.
Gracias a estas características muchos hogares la eligen como fuente de energía principal, proporcionando un nivel de comodidad que no encontramos con otros suministros energéticos.
El gas natural en la industria
En los últimos años también se ha convertido en una fuente energética y de combustible muy utilizada en la industria. Su llama es regular y no presenta impurezas, por lo que se presta a multitud de aplicaciones.
Por otro lado su combustión ayuda a regular la temperatura fácilmente en las cámaras. También es la materia prima principal del amoniaco para fertilizantes y otros productos petroquímicos.
El gas natural como combustible
Casi todos los sectores que precisan energía térmica como combustible se ven beneficiados de usar gas natural. Algunas de sus aplicaciones industriales más relevantes son: La generación de vapor Cocción cerámica y alimentaria Tratamientos térmicos Sistemas de secado Hornos de fusión….
El gas natural y el medioambiente
El principal motivo por el que se considera al gas natural como la energía fósil más limpia es su composición.
Debido a ella emite menos CO2 en su combustión. Esto se debe principalmente a la mayor relación hidrógeno/carbono que encontramos de manera natural en su composición.
Para hacernos una idea más exacta de cómo este combustible fósil beneficia al medioambiente, vamos a ver cifras reales:
La combustión de gas natural, que se compone principalmente por metano (CH4), emana un 25% menos de CO2 que los productos petrolíferos, y un 40% menos que la combustión de carbón por unidad de energía producida.
¿Por qué es tan importante reducir las emisiones de CO2?
Actualmente, al CO2 (Dióxido de carbono) se le atribuye el 65% de la influencia de la actividad humana en el efecto invernadero.
Si tenemos en cuenta que la mayor parte del CO2 emitido a la atmósfera proviene de la quema de combustibles fósiles, es normal pensar en el gas natural como la alternativa energética y combustible ideal en beneficio del medioambiente.
Al existir una gran cantidad de reservas y contar con una red de tuberías enterradas para su distribución, también se garantiza un bajo impacto sobre el medioambiente en su transporte y una huella cero en el paisaje.
Gracias a su alto rendimiento energético y baja emisión de CO2, el gas natural está cada día más presente en nuestra vida cotidiana, tanto de manera pública como privada.
Su alta capacidad para abastecer sistemas de generación eléctrica, calderas, hornos industriales y climatización, posicionan al gas natural como una de las fuentes del futuro si queremos cuidar como es debido del medioambiente.