La lanza térmica es una herramienta muy eficaz en trabajos de corte de materiales que
necesitan altas temperaturas. Hoy en día casi todo tipo de materiales conocidos, con unas
pocas excepciones, se funden bajo la lanza. Además, es muy rápida en su puesta en marcha: en
solo unos segundos la punta de la lanza llega a temperaturas superiores a los 7000 ºC. Estas
ventajas la convierten en un instrumento imprescindible para muchas industrias.

¿Pero qué pasa con el medio ambiente después de apostar por ellas?

En realidad, la lanza es una de las mejores herramientas para corte industrial que existen. Su
uso apenas produce residuos. Solo quedan las puntas de las mismas lanzas que no pueden
acabarse de quemar por su proximidad al cuerpo del operario y al propio equipo.

¿Existe alguna manera de aprovechar las lanzas en su totalidad?

La respuesta es sí. En GD APARATOS os ofrecemos la posibilidad de utilizar las lanzas hasta el
último centímetro con nuestras lanzas roscadas.

Si en las lanzas sin roscar al final de su uso quedan unos 20 cm que no pueden ser utilizados,
las lanzas con roscas en las puntas, también llamadas lanzas roscadas, se aprovechan en su
totalidad. Suministramos las lanzas roscadas con un manguito para su conexión.

Cuando el operario ve que la lanza se ha vuelto demasiado corta para poder seguir aplicándola
en su trabajo, simplemente extrae el extremo roscado que queda dentro del porta lanzas, y lo
rosca al extremo de la nueva varilla, aprovechándola así completamente.

Teniendo en cuenta que las lanzas son un producto de alta rotación, apostando por las lanzas
roscadas:

  • Se ahorra en material
  • Se evitan residuos
  • Se cuida el medio ambiente.

Incorporamos a nuestro catálogo lanzas de aluminio que evitan la contaminación de la pieza
cortada y lanzas huecas simples y con recubrimiento cerámico.

Os invitamos a consultar nuestro catálogo de lanzas térmicas donde encontraréis una gran
variedad de modelos.